El cine independiente / Raúl Perrone


¿Qué puedo decir sobre el cine independiente que no se haya dicho? Recuerdo que me gustaba leer en diarios y revistas la palabra “indie”. Sentía que quería hacer películas con el mismo espíritu que los músicos que hacían rock en un garage...

Hoy, unos catorce años después, me causa un poco de gracia leer que hablen de algunas películas diciendo que son “ independientes”, cualquiera dice que hace cine independiente y no tiene el mismo valor que antes, Son rótulos que se ponen, como “cine de culto”, el Dogma o la estupidez del momento. Son pretextos para poder escribir y hacer notas, pero el chiste se agota y al final no quiere decir nada. La palabra “independiente” está absolutamente vapuleada y no sé si siquiera genera respeto. En definitiva, creo que uno tiene que hacer lo que tiene ganas y la independencia es eso, hacer lo que uno tiene ganas, lo que uno quiere y puede sin limitaciones. El resto es marketing.

Muchos dicen que hacen cine independiente y lo hacen con un montón de plata, ¿entonces cuál es el límite? Porque la independencia a esta altura del partido no tiene nada que ver la plata., La independencia esta en la cabeza,esta en uno.

Hacer cine independiente ha cambiado mucho. Está muy bien que la tecnología vaya derribando mitos, aunque algunos se dieron cuenta un poco tarde. Pero bienvenidos todos al paraiso digital, (ja) al del video

... además, en definitiva, ¡la gente no sabe lo que es el cine independiente! Uno no le pregunta al vecino si vio algo de cine independiente. La gente no habla en esos términos, como los cinéfilos,criticos o intelectuales. La gente habla de películas buenas, o malas, y punto.

martes, 8 de marzo de 2011

Espíritu independiente en el cine


De Marvin.com


Filmar con una sola cámara, utilizar muchos escenarios exteriores (para ahorrar luz), utilizar sonido directo, actores y actrices creíbles, músicos de rock (Charly García y Andrés Calamaro, Adrían Dárgelos, entre otros.), obligatoriamente cuatro o cinco vecinos y al momento de grabar la música, de preferencia que pase un camión o ladre un perro. Son los ingredientes que necesita el director de cine independiente argentino, Raúl Perrone para realizar una película.

Para este director mejor conocido como “el perro” es primordial realizar filmes con el mismo espíritu que los músicos que graban un disco en un garage, es decir de una manera independiente y con pocos recursos. Lo que para él importa es la genialidad, creatividad y la esencia de la vida cotidiana.
“La palabra “independiente” está absolutamente vapuleada y no sé si siquiera genera respeto. En definitiva, creo que uno tiene que hacer lo que tiene ganas y la independencia es eso, hacer lo que uno tiene ganas, lo que uno quiere y puede sin limitaciones. El resto es marketing.” Raúl Perrone.
La Cineteca Nacional, ofrece la oportunidad de exhibir por primera vez en nuestro país la obra fílmica de un verdadero cineasta independiente, a través de una selección hecha por el mismo Perrone. Dicha retrospectiva se estará presentando hasta el 10 de marzo.
Así que si están interesados en conocer la propuesta fílmica de Raúl Perrone, los invitamos a asistir a este ciclo participando en nuestra sección de Trivias, donde tenemos pases dobles para cualquier función de esta retrospectiva.

El Cine de Raúl Perrone llega a la pantalla de la Cineteca

De Indie-Rocks.com

Poco es lo que se conoce en México del cine del argentino Raúl Perrone, por lo que Conaculta Cine, a través de la Cineteca Nacional, se han dado a la tarea de organizar la Retrospectiva Perrone, una muestra que reúne doce filmes seleccionados por Perrone que se exhibirán por primera vez en nuestro país del 25 de febrero al 10 de marzo en la Sala 5, Matilde Landeta, de la Cineteca.

Raúl Perrone es un cineasta poco convencional, originario de Ituzaingó, provincia ubicada a pocos kilómetros de Buenos Aires, no es aficionado a los viajes, por el contrario, prefiere quedarse allí filmando o dando algún taller que acudir a los festivales. Una de las mayores ventanas de difusión del cine de Perrone es, sin duda, el Bafici (el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires), sin embargo, resulta prácticamente imprescindible no perderse ninguno de sus filmes ya que no es fácil volver a tener la oportunidad de verlos. Una vez que pasaron en el Bafici se exhiben en salas alternativas, incluso algunos permanecen inéditos…Perrone es un cineasta singular, no filma en 35 mm, prefiere el video, no estrena de forma convencional ni pide apoyos del Instituto de Cine.

Con sus más de treinta películas, Perrone es un referente ineludible del cine contemporáneo argentino. Nacido en 1952, filmó su primer filme en Súper 8 allá a principios de los años setenta, sin embargo, durante mucho tiempo se dedicó a su otra pasión: el dibujo. Como dibujante y caricaturista trabajó en El cronista comercial, Tiempo argentino, El gráfico,Siete días, entre otras publicaciones. El cine de Perrone es contemplativo, sus protagonistas son los planos largos y estáticos al servicio de anécdotas mínimas y cotidianas. Una muestra de ello son los doce filmes que integran esta retrospectiva:

Graciadió (1997)

Late un corazón (2002)

La mecha (2003)

Ocho años después (2005)

Tarde de verano (2006)

Nosotrosdos (2006)

Canadá (2006)

La navidad de Ofelia y Galván (2007)

Bonus Track (2008)

180 grados (2008)

Luján (2009)

Los actos cotidianos (2010)

El Cine de Raúl Perrone llega a la Cineteca


De The city loves you

Una vez más la Cineteca Nacional realizará una importante Retrospectiva, conformada por 12 películas seleccionadas por el propio cineasta argentino que nunca han sido exhibidas en México

Poco es lo que se conoce en México del cine del argentino Raúl Perrone, por lo que Conaculta Cine, a través de la Cineteca Nacional, se han dado a la tarea de organizar la Retrospectiva Perrone, una muestra que reúne doce filmes seleccionados por Perrone que se exhibirán por primera vez en nuestro país del 25 de febrero al 10 de marzo en la Sala 5, Matilde Landeta, de la Cineteca.

Raúl Perrone es un cineasta poco convencional, originario de Ituzaingó, provincia ubicada a pocos kilómetros de Buenos Aires, no es aficionado a los viajes, por el contrario, prefiere quedarse allí filmando o dando algún taller que acudir a los festivales. Una de las mayores ventanas de difusión del cine de Perrone es, sin duda, el Bafici (el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires), sin embargo, resulta prácticamente imprescindible no perderse ninguno de sus filmes ya que no es fácil volver a tener la oportunidad de verlos. Una vez que pasaron en el Bafici se exhiben en salas alternativas, incluso algunos permanecen inéditos…Perrone es un cineasta singular, no filma en 35 mm, prefiere el video, no estrena de forma convencional ni pide apoyos del Instituto de Cine.

Con sus más de treinta películas, Perrone es un referente ineludible del cine contemporáneo argentino. Nacido en 1952, filmó su primer filme en Súper 8 allá a principios de los años setenta, sin embargo, durante mucho tiempo se dedicó a su otra pasión: el dibujo. Como dibujante y caricaturista trabajó en El cronista comercial, Tiempo argentino, El gráfico, Siete días, entre otras publicaciones.

En los noventa regresó al cine, a un cine muy personal e independiente caracterizado por el empleo de actores no profesionales (familiares, amigos, vecinos) que protagonizan situaciones cotidianas, de la vida diaria; un retrato ficcional del microcosmos suburbano (Ituzaingó), que, sin pretenderlo, lo trasciende para volverse universal.

El cine de Perrone es contemplativo, sus protagonistas son los planos largos y estáticos al servicio de anécdotas mínimas y cotidianas. Una muestra de ello son los doce filmes que integran esta retrospectiva: Graciadió (1997), Late un corazón (2002), La mecha (2003), Ocho años después (2005), Tarde de verano (2006), Nosotrosdos (2006), Canadá (2006), La navidad de Ofelia y Galván (2007), Bonus Track (2008), 180 grados (2008), Luján (2009) y Los actos cotidianos (2010). Una oportunidad única para entrar en contacto con una cinematografía particular con personajes cercanos e historias universales.

lunes, 7 de marzo de 2011

Real Life



Lee esto y vete al cine.
Raúl Perrone es un cineasta argentino que hace cine, por decirlo así, a su manera. Ha realizado más de treinta películas, caracterizadas por el uso de formatos como el video o 16 mm., y la participación de actores no profesionales que se enfrentan a situaciones cotidianas en el mundo suburbano de Ituzaingó, la provincia cercana a Buenos Aires donde Perrone vive y trabaja.
Alejada del mundo institucional de los festivales y los apoyos al cine, la obra de Perrone no goza de grandes tiempos en cartelera, por lo que cualquier oportunidad de verla debe ser tomada en serio. Precisamente, la Cineteca Nacional ha organizado la Retrospectiva Perrone dentro de la cual se proyectarán, entre el 25 de febrero y el 10 de marzo, 12 cintas del director, como Graciadió, La mecha, Tarde de verano y Canadá.
Tenemos 5 pases dobles para cualquier función de esta retrospectiva. Envía un correo a emilio@nylonmag.com.mx con el subject "Perrone" y vete a conocer la obra de este gran cineasta.

domingo, 6 de marzo de 2011

“No pierdo tiempo buscando recursos para mis películas”

Milenio Online

Por Carlos Jordán


Renuente a entrar en los circuitos comerciales, el director argentino es homenajeado en la Cineteca Nacional con una retrospectiva.

“No hay manera de que tome un avión”, dice Raúl Perrone, uno de los decanos del cine independiente en Latinoamérica, una rara avis del séptimo arte: no trabaja con actores profesionales aunque sí con músicos de la estirpe de Andrés Calamaro, y tampoco concursa por estímulos estatales, “filmo con lo que tengo”, dice el realizador en la siguiente charla, a propósito de la retrospectiva que la Cineteca Nacional proyectará hasta el 10 de marzo.

¿Cómo fue su acercamiento al cine?

A los dieciséis años empecé a rodar en Super 8. Durante los setenta era un delirio porque se mandaban a revelar los rollos afuera y tardaban cinco meses en regresar, era una locura si lo comparamos con las herramientas tecnológicas que tienes hoy, incluso puedes filmar con tu celular. En esos años mucha gente estaba interesada en el cine de Bergman y Fellini, en cambio yo me concentraba en las historias de los chicos del barrio. Después lo dejé porque me concentré en el dibujo: hice caricaturas políticas para diarios y revistas. En los ochenta, cuando empezó el video, regresé al cine y el contador de historias se comió al dibujante. Siempre tuve en claro la independencia por qué mis películas costaban poco dinero, casi nadie las veía y además me gustaba el cine indie americano.

Ahora es más fácil ser independiente, ¿qué piensa de esto?

No me sorprende. Cuando proyecté mi primera película en una sala de la calle Corrientes tuve que pagar para que la exhibieran, al final llegaron setecientas personas. Después hice Graciadió, la proyectábamos viernes y sábados, y en dos semanas la vieron más de cinco mil personas. Si funcionaron mis trabajos fue porque la gente se apropió de ese cine y lo hizo suyo, es decir, la gente siempre busca encontrar sus circuitos. Hoy hay espacio para todo pero cada género tiene sus propios límites. Actualmente mis películas se pasan dos veces por semana porque no resisten más.

¿Es cierto que usted cambia la película conforme se desarrolla el rodaje?

Sí, parto de ideas o imágenes. Hace poco me preguntaron “¿Qué es para usted el cine?” Respondí que no sabía pero que no podía dejar de filmar. Soy un enamorado de las imágenes y me gusta contar cosas a través de ellas. Me gusta encontrar las películas, soy mi propio espectador, por eso tengo claro cómo empieza la película pero no el final. Soy dibujante y nunca he hecho un storyboard. ¿Para qué hacer una película que ya se cómo terminará? Sería muy aburrido.

¿Por eso su fama de director difícil?

Ya soy menos difícil. No sé trabajar de otra manera, mis pequeños guiones son garabatos y algunas palabras. Cuando hablo con el actor se me ocurren cosas. Mis rodajes son intensos, no repito tomas porque creo en la virginidad de la primera a no ser que se equivoquen o haya un desperfecto. Es algo que aprendí por la austeridad.

En el cine independiente latinoamericano hay una tendencia al cine contemplativo y a no trabajar con actores profesionales. ¿Se siente precursor?

No sé, en el fondo creo que sí pero sería pedante que lo dijera. El hecho de que ahora se aplique todo lo que hice y en su momento me rechazaron, me parece bien, tampoco me detengo a pensar demasiado en el pasado. Sería una estupidez hacerlo. Sigo haciendo películas y pensando en lo que quiero filmar, eso es lo único importante.

¿Le ha sido difícil vivir del cine?

La mitad de la carrera me la financié mientras trabajaba en un diario. Mi astucia fue la austeridad, trabajé con poca gente, en mi barrio, después mis amigos me abrieron algunas puertas. Hoy vivo de la venta de mis películas, conferencias, de las retrospectivas, etcétera. Ha sido difícil porque no acudo a fundaciones, ni a estímulos estatales, no voy a concursos. No me interesa nada de eso.

¿Por qué esa actitud? En México por ejemplo, sin el dinero del Estado no se podrían filmar muchas películas…

No me nace. Pienso en una película y no pierdo tiempo buscando los recursos. No me planteo historias de 1920, sino aquellas que puedo hacer con mi dinero. No soy un director convencional en cuanto a que no viajo ni voy a festivales. En realidad no tengo mucho que ver con el ambiente del cine, me siento afuera de todo eso.

Su narrativa se apoya mucho en el plano secuencia, ¿por qué?

Nunca me gustó el montaje, me distrae y creo que se usa para salvar a los actores de sus malas interpretaciones. En cambio, en un plano secuencia nadie te puede salvar. Siempre me ha interesado estar con la cámara el mayor tiempo posible y luego observar qué hace la gente que está ahí pero no forma parte de la escena. Con el tiempo eso, además de la improvisación, se convirtió en la base de mis películas. Hoy no puedo explicar cómo hago ciertas cosas, todavía hay quien piensa que mis películas son documentales porque trabajo con actores no profesionales, pero no, lo que sucede es que mi intención es que todo resulte absolutamente creíble.

Es curiosa su opinión sobre el montaje, para muchos directores es fundamental…

Las películas tienen tres pasos: pensarla, dirigirla y editarla. En mi caso, durante el rodaje no lo paso bien, si pudiera trabajar con muñecos o dibujos me sentiría más cómodo para no tener que discutir. El montaje lo disfruto porque ahí es donde creas la película y puedes manipularla. Pero no me refería a ese montaje, sino a cuando diseñas los planos y contraplanos eso me aburre enormemente.

Graciadió (1997) De Raúl Perrone

Entre el cielo y la tierra


La juventud es un escenario en nebulosa que los recuerdos, las más de las veces, intentan asimilar como la mejor experiencia. En Graciadió (1997), vivir joven es una aventura, un peligro, una resolución, y un cuchillo que corta venas.

Gus (Gustavo Prone) y Pao (Violeta Naón) son de Ituzaingó, en las afueras de la ciudad de Buenos Aires –allí donde Perrone vive y filma siempre—, sus vidas están marcadas por el desempleo, la joda, los sentimientos revueltos y, porque tenía que ser así, la soledad. ¿Ante quién comunicar, cómo canalizar ese pulso de desesperación ante la monotonía y regularidad de la vida común y corriente del suburbio?

No se trata de una mirada enjuiciadora, pero tampoco de un ejercicio antropológico que busca el calco y la copia de la realidad. Raúl Perrone usa el video para rehacer un panorama, ajustar una perspectiva en donde los límites del realismo y el costumbrismo se deshacen para darle espacio a la farsa y a la comedia, a los colores fuertes y a la liviandad del sketch. A veces en exceso. Graciadió parece por ratos una forma de descontrol, pero nunca es –creo— la deshonestidad de la condescendencia y el miserabilismo.

El respeto hacia estos chicos, observados horizontalmente por Perrone, descubre en ellos una infancia en lo más profundo a la que parecen encadenados indefectiblemente, mientras la figura del orden y la ley representada por El Cana (Carlos Briolotti) es rechazada o burlada sin piedad. En el otro extremo, sin embargo, los llama la adultez, la responsabilidad y el compromiso. En esa cuerda donde se balancean peligrosamente, intentando pasarla lo mejor posible, aparecen algunos momentos de distensión y otros de tragedia, pero sin abandonar una atmósfera generalizada de melancolía, donde el cielo, con esas hermosas nubes, parece ser el único motivo de apacibilidad.

Alonso Izaguirre

martes, 1 de marzo de 2011

El cine de Perrone: la independencia radical


El sol de México
Por Juan Amael Vizzuet Olvera

Para un cineasta independiente, claro está, resulta difícil realizar una película. Pero rodar su cinta es mucho más fácil que conseguir mostrársela al público. Pese a ello, Raúl Perrone ha perseverado durante más de cuatro décadas en este quehacer, en el que narra sobre todo las historias de la vida cotidiana de su gente. Desde el viernes 25 de febrero, la Cineteca Nacional proyecta una retrospectiva del director, originario de Ituzaingó, un poblado cercano a Buenos Aires.

Desde la metrópoli rioplatense, vía telefónica, Perrona invita a los lectores de EL SOL DE MÉXICO para que conozcan sus películas.

* Del súper ocho al video digital

"Yo empecé de siete años, con película súper ocho, después, ya casado y con hijos, tuve que trabajar. Fui dibujante durante casi 30 años", recuerda Perrone, quien laboró para Tiempo Argentino, El Gráfico y Siete Días, entre otras populares revistas. En el 88, cuando empezó el video, se propuso aprovechar la nueva tecnología para producir "cuadros en movimiento". Durante su primera época se preocupó fundamentalmente por la belleza de las imágenes, ya que, por su depurado oficio como dibujante y caricaturista, Perrone se afanaba en la estética. En la actualidad, su cine se aboca a presentar la vida cotidiana de su comunidad.

Respecto a los obstáculos que debe superar un cineasta independiente en Latinoamérica y en particular en Argentina, Perrone expresa: "Sin que suene como una liviandad de mi parte, me parece que es mucho más fácil hacer una película que mostrarla".

Aclara que presenta sus películas a través de diferentes espacios, como un festival de cine independiente: "No es un asunto que me quite demasiado el sueño: trato de mostrar mi película y si no puedo me espero, mas no estreno películas para que vayan al matadero de alguna forma".

Sobre la evolución del cine independiente en Argentina, Perrone considera que en realidad no hay tantas personas que produzcan este tipo de cine: "Claro que depende lo que signifique la independencia para cada uno. Hay quien dice que es independiente, pero va en busca de subsidios, coproducciones y demás. Mi independencia pasa por otro lado, mi independencia significa hacer lo que tengo ganas y cuando puedo y cuando quiero y cuando me dejan, pero trato de hacer lo que yo quiero hacer; que no me traten ni de manipular ni de meterme presión para buscar tal o cual tema. Básicamente la independencia empieza por la cabeza".

Perrone nunca ha obtenido un subsidio. Piensa que los apoyos, las convocatorias y otras fuentes de recursos pueden implicar una intervención en el proceso creativo del cineasta: "Y yo no estoy dispuesto a que se metan en mi proceso creativo. Me gusta tratar de contar mis historias y hacerlo con mi gente, con la poca gente que trabaja conmigo; editar mi película como quiero, añadirle el sonido que necesito y mostrarla donde quiero y donde puedo. Para mí es toda una decisión, toda una política. Así he vivido toda mi vida y no voy a cambiar ahora".

* Lejos de la algarabía

Esta escrupulosa independencia es quizá su principal característica. Pero hay otros rasgos personales de Perrone que definen aun mejor su actitud como creador: no le gusta viajar, no asiste a los estrenos, las fiestas ni a los festivales, tan socorridos en el ámbito del cine. Únicamente participa en el "Bafici", el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, uno de los vehículos principales para la proyección de sus cintas. No le agrada alejarse de Ituzaingó, donde se dedica a filmar sus películas y a impartir clases en su taller, por el que han desfilado ya más de dos mil discípulos durante diez años de labor. Su vocación como artista puede evocar al pintor mexicano Francisco Goitia, quien vivía en Xochimilco, dedicado a sus cuadros, lejos del bullicio, los reflectores y las distracciones.

El concepto de independencia de Perrone abarca su no inscripción en movimientos o grupos: "No me considero involucrado en ninguna corriente fílmica, me siento cada vez más lejos de todo eso".

Su método de trabajo es sumamente austero, con actores no profesionales: "En los últimos años trabajo únicamente con alumnos míos. La gente que labora conmigo lo hace porque quiere laborar conmigo. No necesito una infraestructura para miles de personas, para un ejército. Bastan unas siete o diez personas; estamos en el 2011, la tecnología digital vino para quedarse, para que la usemos".

En su tierra natal, Perrone es un cineasta muy identificado con el quehacer autónomo, por lo que tiene numeroso seguidores, un público dispuesto a ver relatos de la vida diaria, realistas, alejados de las soluciones complacientes: "Acá en Argentina yo tengo un público que me sigue, como se sigue a un músico de rock, es un grupo muy pequeño, pero muy sólido, porque a través de los años se ha ido añadiendo gente".

Perrone retoma a veces, a través de varias películas, a ciertos personajes, cuya evolución se aprecia en la pantalla. "Si hubiera una involución, yo no los pondría", dice el entrevistado.

Raúl Perrone se declara un ermitaño en lo que toca a los encuentros con otros directores, pero en cambio sí mantiene el contacto con el público a través de las redes sociales.

La charla concluye con invitación del cineasta para los cinéfilos mexicanos: "Espero que descubran mis películas, a un director que viene trabajando desde hace mucho tiempo. Se van a encontrar con historias que tienen que ver con la vida, van a encontrarse quizás con mucha gente que van a reconocer y quizás se sientan identificados con algunos de los personajes".

Algunas de las películas que el público podrá ver durante el ciclo, que concluirá el 10 de marzo en la Cineteca Nacional, son las siguientes: "Late un corazón" (2002), una historia relacionada con el desempleo y la decadencia; "La mecha" (2003), cinta que narra el enfrentamiento de un anciano con un mundo cambiante. "La mecha" participó en el Festival de Friburgo, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. "Tarde de verano" (2006) relata el amor entre un muchacho de Ituzaingó y una joven japonesa, aficionada a fotografiar insectos.

La Cineteca Nacional está en avenida México-Coyoacán 389. La estación del Metro Coyoacán queda a unas calles. Este columnista le agradece a Orianna Paz las facilidades para establecer el contacto con el entrevistado.


Raúl Perrone agradece al público y la prensa...

Fotos de prensa

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Sergio Wolf y Raúl Perrone en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008.

Sergio Wolf  y Raúl Perrone en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008.

Expo de Fotos en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008

Expo de Fotos en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008

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La trilogia (Disponible en DVD)

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