El cine independiente / Raúl Perrone


¿Qué puedo decir sobre el cine independiente que no se haya dicho? Recuerdo que me gustaba leer en diarios y revistas la palabra “indie”. Sentía que quería hacer películas con el mismo espíritu que los músicos que hacían rock en un garage...

Hoy, unos catorce años después, me causa un poco de gracia leer que hablen de algunas películas diciendo que son “ independientes”, cualquiera dice que hace cine independiente y no tiene el mismo valor que antes, Son rótulos que se ponen, como “cine de culto”, el Dogma o la estupidez del momento. Son pretextos para poder escribir y hacer notas, pero el chiste se agota y al final no quiere decir nada. La palabra “independiente” está absolutamente vapuleada y no sé si siquiera genera respeto. En definitiva, creo que uno tiene que hacer lo que tiene ganas y la independencia es eso, hacer lo que uno tiene ganas, lo que uno quiere y puede sin limitaciones. El resto es marketing.

Muchos dicen que hacen cine independiente y lo hacen con un montón de plata, ¿entonces cuál es el límite? Porque la independencia a esta altura del partido no tiene nada que ver la plata., La independencia esta en la cabeza,esta en uno.

Hacer cine independiente ha cambiado mucho. Está muy bien que la tecnología vaya derribando mitos, aunque algunos se dieron cuenta un poco tarde. Pero bienvenidos todos al paraiso digital, (ja) al del video

... además, en definitiva, ¡la gente no sabe lo que es el cine independiente! Uno no le pregunta al vecino si vio algo de cine independiente. La gente no habla en esos términos, como los cinéfilos,criticos o intelectuales. La gente habla de películas buenas, o malas, y punto.

martes, 23 de febrero de 2010

los actos cotidianos

de raúl perrone






Sinopsis

En una casa del conurbano viven dos hermanos con su madre:
sole y bebo.
El tiempo pasó, y ellos ya tienen hijos. mientras los crian como pueden, su vida no es mas que el conjunto de acciones que pueblan la existencia de todos. acciones simples, cotidianas que se apilan una tras otra en la rutina de existir.
el tiempo que pasa, siempre dentro de la casa: mirar la novela, cortarle el pelo al chico, lavar la ropa.
Afuera se percibe un mundo peligroso: poblado de accidentes, problemas con la ley y adicciones, pero en el nido los hermanos parecen estar a salvo.
un gorrion encerrado por sole en una jaulita puede ser la clave para una salida... pero ¿vale la pena salir? ¿salir adonde? ¿a un mundo cada vez mas enrejado?
“los actos cotidianos” ensaya una hipótesis que por supuesto solo va poder completar el espectador luego de ver esta película.



martes, 16 de febrero de 2010

OTROS CINES

por Quintín
Un clásico argentino

El estreno de La Navidad de Ofelia y Galván es una excelente excusa no sólo para analizar una nueva apuesta experimental de Raúl Perrone sino también para reivindicar la trayectoria de este pionero del cine independiente

Me llama por teléfono Raúl Perrone e insiste en que vea La navidad de Ofelia y Galván, una de las dos películas que presentó en el BAFICI 2007 y está a punto de estrenarse (creo que desde entonces filmó dos películas más). Nos conocimos allá por 1993, cuando Perrone recién empezaba como director y yo como crítico. Me había gustado Angeles, un mediometraje de esos años y le hicimos una entrevista para un programa de televisión que teníamos entonces en el cable. En la conversación recordamos que el encuentro fue al mediodía, en un boliche gay de San Telmo. Homofóbicos los dos, le echamos la culpa al otro de haber elegido ese lugar.Pero Perrone me echa la culpa de otra cosa, o mejor dicho, me recuerda que él tenia razón en nuestras discusiones durante estos quince años: no había por qué hacer cine en 35 milímetros ni plegarse al método de producción industrial. Perrone empezó antes del "Nuevo Cine Argentino” y hoy no cabe duda de que fue un pionero cuando decidió filmar sin dinero, sustentado en la ansiedad de hacer cine a toda costa y bien rápido. La impaciencia dio sus frutos: hoy tiene una filmografía y un reconocimiento que ningún cineasta “marginal” logró en la Argentina, hasta el punto de haberse convertido en un clásico. El tiempo y la revolución digital terminaron jugando a favor del Perro. Por un lado, su libertad como cineasta es absoluta: ni la burocracia del INCAA, ni los fondos de ayuda europeos, ni los productores nacionales retrasarán el rodaje o harán modificar un plano de una película suya: a diferencia de la mayoría de sus colegas, no necesita de ninguna de esas instancias. Pero si, en un principio, la tecnología del video era precaria y luego, aunque las cámaras se hicieron confiables y poderosas, las proyecciones no tenían la calidad suficiente, hoy ya no se puede considerar subestándar el trabajo en ese formato y, además, va dejando de ser indispensable ampliarlo a 35mm.De hecho, como para reafirmar su eterna voluntad de experimentar, La Navidad de Ofelia y Galván está filmada con una cámara de fotos. Es decir, con las películas que permiten hacer las cámaras de fotos. La imagen, sin embargo, es óptima y el tamaño del aparato permite colocarlo donde la cámaras de más porte no caben. Sobre una mesa, por ejemplo. La película, compuesta casi absolutamente de planos fijos, da la impresión de haber sido filmada sin que haya un operador detrás del visor sino que, en muchos pasajes, Perrone dejó la camarita en un rincón y logró que el registro fuera, por así decirlo, automático. Los personajes entran y salen de cuadro y, en ningún momento parecen tener conciencia de que están siendo filmados.El registro es muy cercano al documental y los personajes, sobre todo el viejo Galván (protagonista de La mecha), ya han aparecido en otras películas del director. Hubo una época más o menos pop de Perrone (que no he vuelto a ver) y que delataba algunas influencias claras, no sólo en el estilo sino en el tono (Wenders, Jarmusch). Me parece, sin embargo, que en los últimos años, sus estilo se ha depurado hacia una mayor contemplación y una particular serenidad. Perrone flma en Ituzaingó una Argentina que no figura en el cine argentino. No es el país de la miseria, el delito o el melodrama juvenil lo que le interesa del suburbio, sino un mundo ralo, urbano, pero poco comunicado, pobre en recursos pero también pobre en su contacto con el resto de la sociedad, al margen de las noticias y del devenir colectivo: es lo que queda de un país que estuvo alguna vez articulado. Pero no hay nostalgia por ese otro tiempo sino descubrimiento de una vibración y de una belleza residuales de lo humano, testigos de un paisaje desolado aunque no definitivamente terminal. En películas recientes, Perrone eligió como personajes a inmigrantes asiáticos, seres completamente ajenos al forzado y convencional criollismo de nuestras ficciones cinematográficas. Pero no hay demasiada diferencia entre ellos y los dos protagonistas de La Navidad de Ofelia y Galván, a los que la vejez, la sordera y la pérdida de la memoria aísla de sus parientes y mucho más del resto del mundo. En un momento, Galván lee un diario que cree de ayer (como nuevo) pero bien puede ser de una semana o un año atrás. No es sólo la tristeza de una muerte próxima lo que la película retrata, sino cierto estado vegetativo que encuentra un símbolo inesperado y muy feliz cuando Ofelia baña a la tortuga y se produce la única conversación en la que ambos logran entenderse, cuando ella y Galván imaginan la vida del animalito al que de algún modo han terminado por parecerse.Perrone no es sentimental con sus personajes, pero hay en sus películas una ternura muy particular. Curiosamente, no abundan en ellas personajes de su generación. En cambio, con los chicos, adolescentes y ancianos parece sentirse más cómodo, como si pudiera verlos sin ser visto, ejercer el pudor de un cineasta cuya cámara se acerca, pero nunca demasiado y menos aun se vuelve sobre sí mismo. Las películas de Perrone emiten en una frecuencia de baja intensidad, poco común en el cine e impensable en producciones de otro presupuesto. En ellas, las emociones no son obvias, pero es raro encontrar un testimonio tan contundente de la fragilidad humana.

CINECRÓPOLIS

por María Iribarren




"¡Hace años que no voy! Las Lamentaciones están de más. Siempre que pude ir, fui ...", dice don Nicéforo, casi al final de de La navidad de Ofelia y Galván, La película de Raúl Perrone. La palabra de ese hombre con dentadura improbable, sirve para propagar alguna que otra "idea clave" del realizador. En el enunciado con el que Galván espanta el reproche, "suena" Perrone recomendando filmar sólo si se tiene algo que decir ... entre otros consejos saludables ...

Como es su costumbre, Raúl Perrone estreno La navidad de Ofelia y Galván En una "sala alternativa". Antes que ninguna otra cosa esta es la película del "Perro" en la que el autor, obra y lenguaje se anudan en una Misma materia expresiva. En ese sentido, tanto para los que han Experimentado su filmografía como para los debutantes, La navidad de Ofelia y Galván resultará un punto de inflexión, acaso la síntesis de una búsqueda previa que el autor recupera Mediante la selección de Ciertos elementos u ocurrencias: un personaje (Galván Fue el protagonista de La Mecha), Una frase musical (de Alejandro Seoane), un paisaje (Ituzaingó), una tonalidad (de mancha de humedad, de nubes).

Estos Pedacitos de asuntos, se suman ademanes A LOS autorales, ahora, enfatizados: el de restituir al cine el ritmo de la Existencia, el de restarle dramaturgia al relato para depositar esa intensidad en la sintaxis audiovisual (planos, encuadres, iluminación, sonido ambiente ), el de excitar el Libre Albedrío perceptivo del espectador.

A contramano del barullo mediático, que decir que hay un tipo que la ONU hace diez años Propuso "cagarse en el formato: si lo que tenés para decir no se sostiene en VHS, tampoco se Va a Sostener en Beta, en Super 8, en 16 Ni en 35 mm "(ver Decálogo), ahora se le haya ocurrido" filmar "una con cámara" fotográfica "no Debería sorprender a nadie. Por el contrario, la Decisión rebota en el espectador, obligándolo un deponer el confort de la inocencia, para animarse con las preguntas ¿qué es el cine? ¿Para qué (me) sirve?

La navidad de Ofelia y Galván Cifra Algunas pistas Al respecto. Ofelia y Galván son dos ancianos Cuyo estado civil no se precisa. Una cámara perseverante y amorosa Persigue la rutina modesta que los repara: tomar mate, barrer el patio, conversar con un vecino o con una nieta, leer el diario, olvidar Permanecer en silencio, Afeitar DEJARSE, recordar, una tortuga fregar, comer fideos y pan dulce. De pronto, una frase de Ofelia ( "Siempre que vengo acá me dan una pastilla en vez de darme de comer") o de Galván ( "Todo es con lágrimas"), Va a sacudir el orden natural. Y ahí está Perrone pegando saltos con su camarita (aunque parezca que el artefacto está clavado en un trípode), advirtiendo que no es antropólogo ni folclorista, que hace cine y si no pasen, escuchen y vean ...

Entonces, ¿ésto es el cine? Sí, por todos lados. Es que Perrone, una película es lo que le pasa al materialización y confirma la tesis de Jean-Louis Comolli: Espectador. Perruna Fílmica A partir de ese dilema se desabrocha la filosofía: Ideas Traducir a imágenes, una Dotar de Imágenes SEE valor enunciativo, ordenar esos Enunciados de forma tal que, en el TRANSCURSO del filme, se despojen del drama íntimo para Convertirse en pronunciamientos colectivos. Así es como, además de la historia que anuncia el título, además de la belleza de las estampas, además del compás visuales, cualquiera podra "leer" alli un diagnóstico del presente. Y también, en este caso, dejar la sala y emocionarse con los ojos llenos de cine. ©


Raúl Perrone agradece al público y la prensa...

Fotos de prensa

Fotos de prensa

Sergio Wolf y Raúl Perrone en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008.

Sergio Wolf  y Raúl Perrone en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008.

Expo de Fotos en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008

Expo de Fotos en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008

Contribuyentes





En este blog podes encontrar información de mis últimos proyectos, fotografías, videos y trailers, además de gacetillas sobre eventos, charlas, talleres o seminarios.
Raúl Perrone







La trilogia (Disponible en DVD)

La trilogia (Disponible en DVD)
Labios de churrasco - Graciadió - 5 pal' peso