El cine independiente / Raúl Perrone


¿Qué puedo decir sobre el cine independiente que no se haya dicho? Recuerdo que me gustaba leer en diarios y revistas la palabra “indie”. Sentía que quería hacer películas con el mismo espíritu que los músicos que hacían rock en un garage...

Hoy, unos catorce años después, me causa un poco de gracia leer que hablen de algunas películas diciendo que son “ independientes”, cualquiera dice que hace cine independiente y no tiene el mismo valor que antes, Son rótulos que se ponen, como “cine de culto”, el Dogma o la estupidez del momento. Son pretextos para poder escribir y hacer notas, pero el chiste se agota y al final no quiere decir nada. La palabra “independiente” está absolutamente vapuleada y no sé si siquiera genera respeto. En definitiva, creo que uno tiene que hacer lo que tiene ganas y la independencia es eso, hacer lo que uno tiene ganas, lo que uno quiere y puede sin limitaciones. El resto es marketing.

Muchos dicen que hacen cine independiente y lo hacen con un montón de plata, ¿entonces cuál es el límite? Porque la independencia a esta altura del partido no tiene nada que ver la plata., La independencia esta en la cabeza,esta en uno.

Hacer cine independiente ha cambiado mucho. Está muy bien que la tecnología vaya derribando mitos, aunque algunos se dieron cuenta un poco tarde. Pero bienvenidos todos al paraiso digital, (ja) al del video

... además, en definitiva, ¡la gente no sabe lo que es el cine independiente! Uno no le pregunta al vecino si vio algo de cine independiente. La gente no habla en esos términos, como los cinéfilos,criticos o intelectuales. La gente habla de películas buenas, o malas, y punto.

domingo, 12 de junio de 2011

El viernes comenzó la retrospectiva a Raúl Perrone en Tijuana


Nelson Carro, subdirector de Programación de la Cineteca Nacional, ofrecerá la conferencia Conociendo a Raúl Perrone, el miércoles 8 de junio en la sala de video del CECUT. La conferencia servirá de marco para la proyección de una retrospectiva de este cineasta argentino, la cual se desarrollará del viernes 10 al sábado 18 de junio.

Tijuana-BC Junio 7 de 2011


-Cecut-


Una semblanza biográfica del cineasta argentino Raúl Perrone, considerado una figura tutelar de las nuevas generaciones del cine independiente en Argentina, así como la presentación de su obra, ilustrada con fragmentos de sus películas y algunas entrevistas, serán parte de la conferencia Conociendo a Raúl Perrone, que este miércoles 8 de junio impartirá Nelson Carro, subdirector de Programación de la Cineteca Nacional, a las 7:00 p.m. en la sala de video del Centro Cultural Tijuana.

La conferencia servirá de marco para la proyección de una retrospectiva de este cineasta argentino, la cual se desarrollará del viernes 10 al sábado 18 de junio en la sala de video del recinto cultural. La retrospectiva abarca más de una década de trabajo del cineasta argentino, pionero del cine independiente en su país.

Raúl Perrone se define como un contador de historias minimalistas que gusta de recrear ficciones con la gente de su pueblo natal: Ituzaingó, localizado en las inmediaciones de Buenos Aires.

Su cine es calificado como meramente contemplativo, en donde sus protagonistas son los planos largos y estáticos al servicio de anécdotas mínimas y cotidianas. Prueba de ello son películas como Graciadió (1997), Late un corazón (2002), La mecha (2003), Ocho años después (2005), Tarde de verano (2006), Nosotros dos (2006), Canadá (2006), La navidad de Ofelia y Galván” (2007), Bonus Track (2008), 180 grados (2008), Luján (2009) y Los actos cotidianos (2010).


Nelson Carro considera a Perrone un cineasta que gusta de trabajar de manera alternativa y marginal, a quien le encanta retratar aspectos minimalistas de aspectos cotidianos, alejado de los apoyos de la industria.

Comenta además que Perrone gusta de hacer historias minimalistas en Ituzaingó, su pueblo natal, donde tiene como actores a su familia, a sus vecinos y amigos, pues no le gustan los profesionales, ya que considera más creíble el trabajo de los amateurs. “Sus películas son una muestra de que es posible hacer cine sin grandes presupuestos ni figuras”, expresa.

Nelson Carro es subdirector de Programación de la Cineteca Nacional desde 2007. Antes fue crítico de cine, durante más de 30 años. Ha publicado críticas en el semanario Tiempo Libre (hasta la fecha), en el periódico Unomásuno, y en la revistas Cine, Imágenes y Dicine.

Ha impartido cursos de cine en diversas universidades e instituciones, como la UNAM, la Universidad Iberoamericana, la Universidad Anáhuac y el Centro de Capacitación Cinematográfica, entre otras.


Ha participado en diversos libros colectivos y publicado en forma indivual El cine de luchadores (México, 1983) y Alfredo Ripstein. Churubusco Babilonia (México, 2006).

En su papel de crítico cinematográfico ha sido invitado a festivales internacionales en México, Argentina, Colombia, Perú, Cuba, España, Francia y Alemania.

El programa de la retrospectiva cinematográfica de Raúl Perrone, a proyectarse en colaboración con la Cineteca Nacional, es el siguiente: el viernes 10 Graciadió (1997), el sábado 11 Late un corazón (2002) y La mecha (2003); el domingo 12 Ocho años después (2006) y Nosotros dos (2006), el lunes 13 Tarde de verano (2006), el martes 14 La navidad de Ofelia y Galván, el miércoles 15 Canadá (2007), el jueves 16 Bonus Track (2008), el viernes 17 180 grados (2008), el sábado 18 Luján (2009) y Los actos cotidianos (2010).

Las funciones de lunes a viernes serán a las 7:00 p.m. y el sábado y domingo a las 5:00 y 7:00 p.m., en la sala de video. El boleto de entrada tendrá un costo de $21.00 m.n.

Retrospectiva Perrone en Perú: Late un Corazón


Doce películas forman el conjunto de la retrospectiva, la primera dedicada al cineasta argentino en el Perú. Un acercamiento a la trayectoria de uno de los creadores cinematográficos más irreductibles de esta parte del mundo. Con ustedes, Raúl Perrone en el Lima Independiente Festival de Cine.

Graciadió, 1997.

La historia de un grupo de jóvenes veinteañeros de los suburbios de la ciudad de Ituzaingó. Muchachos que deambulan por el barrio, ven videos o escuchan rock en un entorno social marcado por la crisis económica, la soledad y la incomprensión. Son los mismos personajes que el director ya había llevado al cine en Labios de churrasco (1994). Ituzaingó, a unos pocos kilómetros de Buenos Aires, es la ciudad donde nació y vive Perrone, donde filma y donde transcurren la casi totalidad de sus películas.


Late un corazón, 2002.

El anciano don Galván, de 83 años, cumple 55 años de casado y trata de reunir a toda la familia para ese día. Perrone registra momentos cotidianos y nada grandilocuentes: don Galván moviendo la antena del televisor o quemando hojas, o su nieta tiñéndole el cabello a la madre. Al quedarse sin su trabajo como dibujante en el diario El Cronista, Perrone se encerró en casa de sus suegros con una cámara digital prestada y, a solas, sin fotógrafo ni sonidista, hizo está película cruda y muy personal.


La mecha, 2003.

Don Galván, un jubilado de 85 años, vive con su esposa en una modesta casita. Una fría mañana, al levantarse, descubre que su vieja estufa de petróleo se ha quedado sin mecha. Intenta arreglarla, pero le hace falta el repuesto. Decidido a la tarea, sale en busca de la mecha, e inicia así un viaje en el que descubrirá que su mundo ha cambiado. La mecha participó en los festivales de Montreal, San Sebastián, San Diego, Toulouse y Friburgo, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado.


Ocho años después, 2005.

Graciadió va estrenarse en Ituzaingó y la función va a reunir a Violeta Naón y Gustavo Prone, sus protagonistas, que no se han vuelto a ver en los últimos ocho años. Perrone aprovecha la oportunidad para hacer otra película, Ocho años después, historia de esos dos actores y su reencuentro. Para conservar la verdad de este nuevo encuentro entre Violeta y Gustavo, Perrone filmó toda la película con tomas únicas, sin repetir ninguna. Una de ellas un largo plano-secuencia de 25 minutos.


Tarde de verano, 2006.

Gabriel es un muchacho de Ituzaingó que trabaja en una tienda de discos. Rieko, una joven japonesa que se dedica a fotografiar insectos. La cultura y el idioma los separa; sin embargo, cuando ambos se encuentran por accidente, se sienten atraídos y, a pesar de sus padres, se enamoran. Esta fresca historia de amor juvenil está narrada por Perrone en términos exclusivamente visuales, sin diálogos, a excepción de unas breves conversaciones en japonés, y con un sentido del humor que remite a la comedia muda.


Nosotrosdos, 2006.

Dos hermanos comparten la misma casa y la convivencia entre ellos no es sencilla. No es mucho lo que platican, en general, sólo cosas triviales. Él se emborracha, ella está de mal humor, y aunque nada está muy explicado, la situación va creando una atmósfera ominosa. Algunas escenas importantes se oyen, pero no se ven; otras, son contempladas por un grupo de amigos, vecinos de los hermanos. El espacio fuera de campo está manejado por Perrone con mucha habilidad.


Canadá, 2006.

El tierno amor entre Heber, un muchacho chino que vive en Buenos Aires, y Jaqueline, una chica de los suburbios. Ella lo cuida, lo protege y le sirve de traductora, aunque él ya tiene tres años en Argentina y habla bastante bien el español. Sobre esa felicidad se cierne una sombra: Heber quiere volver a emigrar, para encontrar a su hermana en Canadá. Historia de amor en dos tiempos: uno contemplativo, con los amantes perdidos en su amor juvenil; otro más duro, amenazado por el fantasma de la separación.


La navidad de Ofelia y Galván, 2007.

Es 24 de diciembre por la mañana. En su casita humilde, de puertas y ventanas abiertas, por el calor, Ofelia y Galván esperan la llegada de la Navidad, como todos los años. Ni Ofelia ni Galván oyen bien, ni registran todo lo que sucede. Viven en su propio mundo y tiempo, con la misma cadencia de su mascota: una tortuga. Después de Late corazón y La mecha, Perrone vuelve a la familia de Nicéforo Galván. Lo hace con lo opción filmar de una cámara fotográfica digital.


Bonus track, 2008.

En un cine abandonado, el Gran Ituzaingó, se reúnen todos los días un grupo de adolescentes para practicar en la patineta. El cine es su punto de encuentro. Un lugar de juego donde medirán habilidades, pero también amistades y traiciones. Un lugar de sexo, donde ellos se exhibirán y ellas eligirán. Perrone regresa al Gran Ituzaingó donde descubrió las películas de su adolescencia, ahora para filmar a los jóvenes del 2000, con una cámara contemplativa que registra sus historias.


180 grados, 2008.

Ezequiel es un adolescente en crisis. Tiene problemas con sus padres, con quienes vive, con su novia, con sus amigos... Quizás cuando se siente mejor es cuando va en su bicicleta (con la que es capaz de realizar sorprendentes cabriolas), sin rumbo fijo. Para acercarse a su complicado y confuso protagonista, Perrone recurre a una puesta en escena casi experimental, en la que juega con formatos, con texturas, con todas las posibilidades del cine digital, sin perder el registro realista del mundo que lo rodea.


Luján, 2009.

Luján fue obrero de la construcción. Tuvo catorce hijos, de algunos de los cuales ya no recuerda el nombre. Está separado. Una vecina, Liliana, le da casa y comida, a cambio de trabajo. Alguno de sus hijos lo reclama, pero él no quiere volver, porque ya no es ni la mitad de lo que era. Esta película inicia una nueva trilogía de Perrone, caracterizada por un inusual trabajo plástico (sobre todo por el uso de la luz) y una radicalización en la utilización del sonido como recurso musical.


Los actos cotidianos, 2010.

En una casa de los suburbios viven dos hermanos, Sole y Bebo, con su madre. Ellos también tienen hijos, a los que crían como pueden. La película registra acciones simples, cotidianas, rutinarias: ver la telenovela, cortarle el cabello a uno de los niños, lavar la ropa... Siempre dentro de la casa, porque el mundo de afuera se percibe peligroso. Ya muerto don Galván, Perrone vuelve a su familia. Una película de planos fijos, que muestra al director más austero y despojado que nunca.

Al final, la vida sigue igual, 2011.
Los personajes que habitan en las calles de Ituzaingó vuelven otra vez y Perrone los retrata instalando su cámara entre ellos, no para juzgarlos sino para acercarnos retazos de vidas que siguen, igual a como las dejamos en la última película. Volvemos a acercarnos a los protagonistas de Los actos cotidianos. Pero hay una ausencia notable esta vez, ya que no está Galván. El abuelo de los chicos que aparecen en la película y a quien Perrone le reserva un plano para que lo veamos seguramente por última vez, deambulando a través de una especie de bosque. Una aparición fantasmal que lejos de provocar miedo transmite paz y serenidad.

Perrone: Más sobre el ser consecuente


Por Julia Gamarra Hinostroza



Nos distanciamos casi una hora hacia el Oeste de Buenos Aires, sin tener del todo la certeza del camino a emprender. Somos tres en la estación del tren: Dos que lo tenían planeado y una que se trepó al viaje de encuentro con el mítico director del que conocía, aparte del nombre, alguna que otra curiosidad.

Llegamos tarde a Ituzaingó. El calor sofocante, el paso apurado de mis compañeros y el letargo del sueño interrumpido tornan el trayecto final agotador y a la vez un poco angustiante por la demora. Pero Perrone no se hace problemas. En el restaurante donde nos ha citado lo conocen bien y lo atienden como a cualquier comensal. Nos espera tranquilo, cómodo en una de las mesas del interior.

Arranca la charla sobre su trayectoria como dibujante y como cineasta, sobre su forma de acomodar el soporte que tiene al alcance a las condiciones que se le presentan para filmar. Un trabajo realizado a contracorriente, y sin buscar que sea así necesariamente, sólo que sea. Surca la pregunta: ¿Qué tanto importa el soporte en el cine, si lo sostiene su narración? Raúl Perrone lo tiene clarísimo, tan claro como está presente en su decálogo: “Si lo que tenés para decir no se sostiene en VHS, tampoco se va a sostener en Beta, en Super 8, en 16, ni en 35mm.” Ha de ser con esa seguridad que ha registrado sus más de 25 largometrajes en formatos diversos, desde 8mm hasta alta definición. Ahora está encariñado con una fotográfica Lumix que registra en HD y con la que realiza el episodio final de su tríptico, el largo “Al final la vida sigue igual”.

Lo que a la mayoría nos enseñaron –o no– en las escuelas de comunicaciones, e incluso nos demostraron en el campo es que hay “una forma” de hacer cine en nuestro país, una forma de producirlo, de venderlo, y, en especial, “que-es-así-y-sólo-así-como-se-hace-cine”. En la charla con Perrone, su sistema de distribución en circuitos alternativos me recuerda las correrías de los colegas independientes –en especial de las regiones– para exhibir sus películas, optando por presentarlas casi en cualquier espacio donde puedan colocar un proyector. Una opción harto valiosa tanto para el realizador como para el espectador que ya se familiariza y busca ver otro cine; y que además motiva a otros realizadores y productores a buscar caminos alternos desde el concepto de sus películas.

Detesta el manejo en mercados y festivales de cine, además de los viajes largos, por eso no asiste a la retrospectiva que el Lima Independiente Festival de Cine le dedicará en Perú. Intercambiar tarjetas y departir en cocteles le resulta exasperante. Por momentos me desconcierta su sencillez revestida de irreverencia. Y es que Perrone afirma y certifica que su carácter es así tanto fuera como detrás de cámara, y para mí, una productora control freak después de todo –como todo buen productor– resulta perturbadora su manera de romper mis esquemas, la idea de cómo cumplir con mi deber-ser cinematográfico. Pero me agrada, pues lo mejor de todo es que lo hace así porque así lo quiere y sin tratar de imponerlo a los demás. Una gran afirmación personal en la maraña de los egos cinematográficos.

Se acaba la batería de la cámara mini DV, grabamos lo que resta de la conversa con la cámara de fotos. Total, que mejor testimonio que lo hablado quede registrado sin complicarnos de más. Incluso curiosea nuestra Canon, le gusta. Discurre un poco más sobre el ser consecuente con lo que hace; y sobre su vida personal, la familia, el hijo.

Al rato cogemos el tren de retorno, aparentemente el último que podría devolvernos al centro de Buenos Aires. No me preocupa demasiado que hayamos perdido la cita que he programado con el laboratorio cinematográfico, la conversa lo valió.

Mi cine después de Perrone

Para confrontar la charla con las cualidades autorales de Raúl preciso ver sus películas. Y que sean sus películas las que hablen por él. Los primeros links de La navidad de Ofelia y Galván aparecen en YouTube. El tiempo es cruel. Nunca es suficiente, menos aún para ver cine. Me armo de valor y empiezo a ver la película, episódicamente, en mi teléfono. Un tributo privado a este cine posible en la sala oscura de mi habitación.

Termina la función. Me deja un buen sabor. Mi concepto sobre cómo hacer cine no cambiará: nuestros proyectos en camino precisan realizarse en fílmico, con un despliegue de producción relativamente grande, y con estrategias de distribución que comprenden un constante intercambio con colegas especialistas de los diferentes pasos de la producción. Pero ‘el perro’ brinda una confirmación más de que otra forma de hacer cine es posible. Una más austera, sin precisar de deleites y coqueteos en mercados y festivales, sin tensarse durante años por la manera de cómo hacerse de presupuesto para alcanzar “la” película. Un cine pobre como el nuestro, que aunque con diferentes rutas, nos dirige al mismo y honesto fin.


Raúl Perrone agradece al público y la prensa...

Fotos de prensa

Fotos de prensa

Sergio Wolf y Raúl Perrone en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008.

Sergio Wolf  y Raúl Perrone en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008.

Expo de Fotos en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008

Expo de Fotos en el Centro Cultural Rojas - Marzo de 2008

Contribuyentes





En este blog podes encontrar información de mis últimos proyectos, fotografías, videos y trailers, además de gacetillas sobre eventos, charlas, talleres o seminarios.
Raúl Perrone







La trilogia (Disponible en DVD)

La trilogia (Disponible en DVD)
Labios de churrasco - Graciadió - 5 pal' peso